Las marcas deportivas siempre han contado con una posición importante en el mercado de la moda debido a su asociación directa con los atletas y equipos profesionales. Algunas de ellas, por ejemplo, visten a decenas de clubes en las cinco mayores ligas europeas de fútbol; unos patrocinios que se traducen anualmente en una expansión de su imagen a escala global y en millonarios ingresos gracias a la venta de camisetas. Ahora bien, ha sido el creciente uso de ropa cómoda como sudaderas o chándales durante la pandemia de COVID-19, así como la mayor inclusión de la actividad física en la rutina diaria por parte de la población lo que ha llevado a su reciente auge. Solo en 2021, la demanda estimada de prendas y artículos asociados al deporte a nivel mundial tanto en tiendas físicas como en outlets online alcanzó los 6.500 millones de piezas. Gran parte de esta cantidad correspondió a primeras marcas. De hecho, las diez principales empresa de ropa, calzado y accesorios deportivos generaron cerca de 112.000 millones de dólares estadounidenses en 2022, representado así casi el 60% de la facturación total del sector.
En un área en la que se queda algo más relegada es cuando se habla de imagen y reputación. Según The Global RepTrak®100, un estudio que mide la confianza y el respeto que las diferentes marcas inspiran en los usuarios, el gigante de Oregón -que ni siquiera lograr colarse dentro del top 40- pierde por algo más de dos puntos con Adidas, que obtuvo 75 puntos en la edición de 2023. Ocurre lo mismo si se habla de fortaleza, donde la casa alemana volvió a imponerse en dicho año, aunque por apenas una décima. Estos datos no son ni mucho menos insignificantes, ya que la empresa bávara ha sido tradicionalmente categorizada como la eterna rival de Nike. A fin de cuentas, ocupa la segunda posición en muchas clasificaciones que la estadounidense lidera como valor de marca o cifra de negocio. En concreto, la compañía fundada en 1924 factura generalmente la mitad que su contrincante. En Europa, Oriente Medio y África es donde más logra acercarse a los números de Nike, lo que no sorprende si se considera que es la región que la vio nacer y de donde proceden aproximadamente el 40% de sus ventas totales. Eso sí, su presencia en Norteamérica y China no es para nada nimia, entre otras cosas, a consecuencia del fanatismo existente en dichos territorios con algunos de los clubes de los que es espónsor como el Real Madrid. Y hablando de los merengues, cabe preguntarse: ¿es mera coincidencia que el patrocinador del Barcelona no sea otro que Nike? No hay duda de que el enfrentamiento de estos dos clásicos de la liga española ha contribuido a la lucha entre marcas, siendo esta una estrategia de marketing que ambas compañías han usado también fuera de las fronteras nacionales.
Un mercado dominado por dos marcas
Pero de todas las marcas que existen en la actualidad, ¿cuáles han demostrado un claro dominio en este terreno? La respuesta puede reducirse a dos nombres: Nike y Adidas. Las empresas estadounidense y alemana concentraron alrededor de 51% del mercado de calzado deportivo mundial en 2022 y un 20% en el caso de camisetas y similares. Entre las dos, no obstante, parece existir una clara ganadora. No en vano, Nike se trata de la marca de ropa más valiosa del mundo, superando en más de 50.500 millones de dólares estadounidenses al resto. Es además la empresa de moda deportiva más fuerte del mundo y la única del sector que alcanza los doce dígitos en bolsa -cerró 20221 con una capitalización de mercado cercana a los 197.435 millones de dólares-. A todo esto, se une otra cosa: es la más elegida por los clientes y, más aún, tras la crisis sanitaria. Al menos eso parecen indicar sus ventas anuales. Y es que la multinacional estadounidense, conocida como Blue Ribbon Sports hasta 1971, registró los mayores ingresos de su historia precisamente en sus tres más recientes ejercicios, finalizando el año fiscal 2023 con más de 51.200 millones de dólares.En un área en la que se queda algo más relegada es cuando se habla de imagen y reputación. Según The Global RepTrak®100, un estudio que mide la confianza y el respeto que las diferentes marcas inspiran en los usuarios, el gigante de Oregón -que ni siquiera lograr colarse dentro del top 40- pierde por algo más de dos puntos con Adidas, que obtuvo 75 puntos en la edición de 2023. Ocurre lo mismo si se habla de fortaleza, donde la casa alemana volvió a imponerse en dicho año, aunque por apenas una décima. Estos datos no son ni mucho menos insignificantes, ya que la empresa bávara ha sido tradicionalmente categorizada como la eterna rival de Nike. A fin de cuentas, ocupa la segunda posición en muchas clasificaciones que la estadounidense lidera como valor de marca o cifra de negocio. En concreto, la compañía fundada en 1924 factura generalmente la mitad que su contrincante. En Europa, Oriente Medio y África es donde más logra acercarse a los números de Nike, lo que no sorprende si se considera que es la región que la vio nacer y de donde proceden aproximadamente el 40% de sus ventas totales. Eso sí, su presencia en Norteamérica y China no es para nada nimia, entre otras cosas, a consecuencia del fanatismo existente en dichos territorios con algunos de los clubes de los que es espónsor como el Real Madrid. Y hablando de los merengues, cabe preguntarse: ¿es mera coincidencia que el patrocinador del Barcelona no sea otro que Nike? No hay duda de que el enfrentamiento de estos dos clásicos de la liga española ha contribuido a la lucha entre marcas, siendo esta una estrategia de marketing que ambas compañías han usado también fuera de las fronteras nacionales.
